Yo oí que...

15: Barrera Emocional.

 

Core.

 

<< — Deja tu cara de amargada que te traigo noticias del mundo exterior.

—No estoy de humor, Max.

 

—Alguien allá afuera te extraña.

 

— ¿Además de ti y de Lisa?

 

—Sí, es un chico.

 

—Ya te dije que no quería hablar de Luke.

 

—No es él, en realidad es Alex.

 

— ¿Qué clase de broma es esa? A Alex no le caigo bien.

 

—Pues no, pero te extraña, de una manera un poco rara pero lo hace.

 

No le creía nada a Max, pero me mejoraba un poco el ánimo el pensar que podía ser cierto, no por él, sino porque ser importante para alguien podía ser lindo. >>

 

§

 

Era un fin de semana completamente normal, Mamá y Charlie estaban haciendo comida normal, Max, Alex y yo mirábamos la televisión llena de programas normales. Todo parecía tan aburrido y rutinario, o al menos así fue hasta que alguien llamó a la puerta.

—Te toca abrir Max—le dije.

—Yo fui por las compras te toca a ti.

—Yo escombré toda la casa.

—Yo mate todos los insectos.

—No hay insectos.

—Porque los maté—le aventé un cojín y me paré a abrir.

—Qué chiste tan poco original.

No podía creer lo que estaba viendo. Más bien a quién estaba viendo.

— ¿Terpsícore?—yo me quedé callada unos segundos—. Por favor dime que Max no está aquí contigo—dijo aquel hombre.

No podía articular ninguna palabra, no podía negar o afirmar eso.

— ¿Quién es, cariño?—mi mamá dijo cuando llego a la puerta con la sorpresa de ver a mi papá y a su esposa ahí parados, el bajó la mirada a su vientre.

Mamá iba a cerrar la puerta pero la voz de esa señora la interrumpió.

—Solo queremos ver a Max.

— ¿Cómo saben que está aquí?—dijo ella.

—La trabajadora social nos dio la dirección. Aunque claro no sabíamos que estaba con ustedes—contestó mi creador, llamarlo padre solo me da asco ahora que lo veo.

— ¿Podemos pasar?—nos hicimos a un lado y ellos pasaron a la sala.

No podíamos prohibirle ver a su hijo, era una mala persona para mí, pero debo de entender que Max si tuvo a su padre por muchos años y creo que mamá pensaba lo mismo.

— ¿Qué hacen ustedes aquí?—Max se levantó del sillón.

—Queremos hablar contigo... a solas—habló la mamá de Max.

Charlie salió de la cocina parándose a lado de mamá quien se había acercado un poco a Max.

—Cualquier cosa que tengan que decirme puede ser delante de mi familia—vi como el dolor atravesó el rostro de su madre.

Yo seguía parada a un lado de la puerta, no quería moverme para así pasar desapercibida.

—Creo que yo no debería de estar aquí—me susurró Alex cuando se acercó a mí.

—Créeme, yo tampoco debería—le susurré de vuelta—. Pero no puedo huir y te necesito aquí, conmigo—el asintió.

—Solo venimos a entregarte esto— la mamá de Max le extendió unos papeles, los de emancipación creo yo, y el que se dice ser mi padre solo se quedaba observando la situación.

Max los miró confundido.

—Nos iremos hoy, todavía puedes venir con nosotros, obviamente con reglas, pero si quieres vivir a tu manera te dejaremos al fin solo—dijo la señora.

Estoy segura de muchas cosas, y una de ellas es que Max nunca estará solo.

—Esperaremos a que sanes y quieras volver con nosotros—dijo el señor de mala gana.

—No es una enfermedad papá. Pero aprecio esto, en serio—tomó los papeles.

—Bien, si eso es todo, nos vamos—su mamá se acercó insegura a él y Max la abrazó.

Él puede ser todo, menos rencoroso. Lo admiro, de verdad.

—Qué les vaya bien.

—Es mejor que lleves eso ante un notario cuanto antes—papá se refirió a los papeles.

Es obvio que él ya no quiere tener que ver nada con Max, es triste que lo haya echado de su vida así como lo hizo conmigo.

—Lo haré, gracias—los guio a la puerta y se fueron.

 

(...)

 

Después de una comida incómoda mi mamá y Charlie habían ido a hacer quién sabe qué y Max se había ido a quedar en casa de Sam.



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Editado: 22.12.2022

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