Obligada a casarse con un príncipe alemán

Capítulo 7

Belle


— ¿Qué acabas de decir?— reitero la pregunta y él no me responde.

En cambio, corre una línea de besos por mi cuello y cierra su boca alrededor de mi pezón. 

Cerrando mis ojos, disfruto el calor de su toque mientras sus dedos trabajan sobre mi pequeño botón de nuevo. Está de rodillas antes de que pueda pensar bien, tirando de mi vestido, empujándolo sobre mis caderas y elevando mi pierna sobre su hombro. Y entonces, su boca está sobre mi punto de placer, lamiéndome. 

—Usualmente no hablo con la boca llena. —se burla, succionando y haciendo girar su lengua sobre mi clítoris. Tiemblo, aferrándome a su cabello y suprimiendo un gemido—. 

—Dije que si quieres llamarme Alex... —Otro lento arrastre de su lengua a través de mi calor. Más temblores brotan sobre mi columna—. No me importa, no sería la primera vez...

Mientras me devora, besándome con la boca abierta y lamiendo en lentos círculos, el segundo orgasmo me atraviesa, encendiendo mi piel y haciéndome arder de placer. 

—Estoy confundida. —cuando el orgasmo finalmente disminuye, arrastro mis dedos hacia su cabello y lo obligo a detenerse por completo—. ¿Ese no es el nombre que me diste esta tarde? 

—No —dice lentamente, arrastrando la palabra mientras se encuentra con mi mirada, desde su posición a mis pies—. Soy Axel.

— Y yo soy Alex, ternura— besa mi hombro otro chico enmascarado y me sobresalto.

Son perfectamente iguales. 

Mi excitado cerebro analiza rápidamente la información. 

Gemelos.

—  Gemelos idénticos—  murmuro asombrada— Oh Dios, no, no.—cubro mi boca con una mano y tiro mi vestido a su lugar adecuado

—Se suponía que era uno solo de ustedes... y nosotros acabamos–señalo al hermano que hasta hace unos segundos estaba  besando... y tú estabas—  señalo a Axel.

—  Esto no puede ser— suspiro derrotada.

— ¿ Por qué no puede ser? — se acerca a mí Axel, su mirada felina vuelve a atraparme.

No sé como no me percaté, Alex el chico que conocí en el taxi, es más...dulce...su hermano, en cambio...tiene un lado oscuro que me fascina.

—  Porque...— vacilé, en realidad no tenía una respuesta coherente a su pregunta, si era sincera conmigo misma me gustaban los dos , y  me parecía excelente la idea de no tener que elegir.

Creo que mi rostro fue suficiente respuesta porque me preguntaron otra cosa.

—  Dínos el motivo que tendría una chica tan hermosa como tú de esconderse tras una peluca y una identidad falsa— argumentó Alex.

— ¿ Eh?— sabía que cada instinto de supervivencia en mí debería haberme hecho moverme en la dirección opuesta. Sabía que la autoconservación y el sentido común deberían haberme hecho huir de estos dos especímenes sexys y perspicaces que habían descubierto mi secreto, pero...me era imposible alejarme.

—  Sí, jodidamente buscamos tu identidad, la necesitamos...pero, no tenemos nada en contra, ¿está bien?– hablaron al unísono.

— Ternura, todos tenemos algo que esconder — me tranquilizó Axel— Solo queremos saber qué es lo que viniste a buscar a Las Vegas y te lo daremos— su voz destilaba convicción y me inspiraba confianza. 

Suspiré.

—  Solo...necesito olvidarme de mis obligaciones y deberes. Quiero olvidarme de la persona que soy por unos días, quiero conocer otro mundo, otras sensaciones—  los miré sugestivamente a ambos y los dos sonrieron ladinos.

—  Vamos a empezar por un baile.

— Oh, he bailado mucho— los interrumpí, estaba cansada de bailar, pero mirando sus ojos...mmm...este baile sería de otra dimensión. 

Los dos se movieron como una máquina perfecta, con gracia y elegancia.

Se colocaron a ambos lados de mi cuerpo y deslizaron sus manos por mis caderas.

— Vamos a enseñarte a bailar con dos hombres, ternura. Tus hombres.

Con un chasquido de sus dedos una música suave empezó a sonar.

Estos dos tiene más poder del que estoy enterada.

Axel se da la vuelta y queda de frente a mí, con Alex detrás, quien envuelve sus enormes manos con las mías, sujetándolas con firmeza para que sepa que no tiene sentido que intente alejarme. 

Tampoco tenía pensado hacerlo.

Muevo mis caderas y dejo que la música se haga cargo.

Los gemelos son buenos bailarines, y se mantienen cerca, manteniéndome entre el calor de sus cuerpos calientes.

Cuando mi hombro roza uno de sus brazos o mi trasero entra en contacto con uno de sus muslos, me cotoneo más, bailo de una manera que sé que es demasiado sexy.

La tela de mi disfraz es tan delgada que siento cada roce de ellos contra mí. El material sube más alto por mis muslos mientras me muevo. Cuando veo la mirada de Axel, noto la chispa del deseo en sus ojos. Sus párpados se ven pesados y sus pupilas oscuras. Me doy vuelta, poniéndolo detrás de mí y Alex delante, pero no es mejor. Su expresión es tan hambrienta. 

Oh Dios, parece que se acercan hasta que toco a uno o ambos con cada ritmo de la música. 

Y no lo soporto más, necesito sus manos sobre mí, acariciando mis curvas, besando mi piel, chupando mis...

Jadeo imaginándome todos esos escenarios y ellos gimen igual.

—  Ternura, la noche es muy joven y no queremos acabar haciéndote el amor ahora mismo—  suspira Axel.

—  Necesitamos hacer otra cosa, algo divertido, quizás—  sugiere Alex.

El alcohol en mi cabeza se hace cargo y les propongo la idea más descabellada que se me pudo ocurrir. 

— ¿ Qué tal si nos casamos? —  le pido a Axel, no sé por qué no se lo pedí a Alex, pero estoy segura que de los dos el más posesivo es el de mis ojos felinos.

— ¿ Y yo qué?— hizo pucheros Alex.

—  Tú puedes ser mi segundo esposo— sonreí— .

—  Entonces está bien, tú serás mi única esposa— me respondió.

—  Y tú serás toda mía ante los ojos de la ley— me besó fugazmente Axel.

— Esta siempre fue la solución a nuestro problema hermano, no puede haber boda si ya estas casado— murmuró Alex, pero no entendí nada, tampoco quería hacerlo. Solo quería casarme con alguien a quién amara.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.