Nunca me dejes ir

Capítulo 32: Milka

Blue cree que Liam vio la mancha del vestido al salir de casa, pero no dijo nada para no llegar más tarde de lo que estaban llegando. La tranquilizo diciéndole que si Liam hubiera visto la mancha antes se lo hubiera dicho sabiendo como es con la ropa, o directamente no le habría dicho, menos al llegar al salón.  

Por suerte no era nada grave y salió. Al menos su vestido es negro y no blanco como el mío. Si algo se derramara encima, estaría jodida. Yo prefiero el color negro, sin embargo, Belle me convenció de usar blanco cuando fui a buscar un vestido a la tienda, y Blue la apoyó. Acepté solo porque me gustó el escote en forma de ve que tiene al frente y en la espalda, la falda es ancha y cómoda. Lo que hace especial de la marca B&B es el detalle de flores plateadas bordadas en el borde. Le da un toque original y ya dos mujeres me preguntaron por el vestido, sintiéndome feliz de ayudar a mis amigas.

Noté que Nora, Blue y Silver también llevan vestidos de la marca. Eso es fidelidad.

—¿Quién es esa mujer que está con Kenny y Liam? —pregunta Blue.

Miro en dirección a ellos y arrugo el ceño ante la rubia despampanante de vestido rojo. Un vestido lindo y elegante que le queda estupendo.

Noto que le sonríe a Kenny, aunque este mantiene la distancia y Liam parece de intermediario.

—No tengo idea.

—Kenny parece querer asesinarla y puedo notar que Liam intenta controlarlo.

—¿Ah sí?

—Sí. Los conozco a ambos.

—Supongo que tendremos que averiguarlo.

Blue y yo caminamos hacia los primos Carter. Ella se sitúa al lado de Liam y yo tomo del brazo a Kenny, quien parece aliviado con mi presencia y me abraza de la cintura. Ese detalle me tranquiliza porque significa que intenta dejarle claro a la mujer que está conmigo.

—Hola. —dice Blue.

—Aquí están—dice Liam abrazando a su esposa—. Señorita Drake, esta es mi esposa Blue y ella es Milka…

—Mi novia. —agrega Kenny con firmeza.

La rubia nos repasa con la mirada, le sonríe a Blue y deja la vista fija en mí.

—Un gusto. Kenny no te mencionó en Hawái.

Y la mención de Hawái me hace caer en cuenta de quien es esta mujer. La misma Amelie que respondió el teléfono de Kenny.

—¿Si lo hubiera hecho lo habrías dejado en paz? —indago controlándome. Debo portarme como una mujer segura de su relación. No le daré el gusto de que vea afectada—. Digo, porque te rechazó tres veces y seguiste insistiendo al punto de atender su teléfono intentando hacerle creer a Belle que estabas con él.

Ella congela la sonrisa.

—No sé de que estás hablando. Supongo que fue lo que te dijo Kenny.

—Amelie, no intentes hacerme creer que Kenny se acostó contigo. Él está conmigo y tengo plena confianza en él. No sería infiel con nadie, menos con una regalada que se da de dama.

Borra la sonrisa por completo y pone cara de enojo, me enfrenta y Kenny intenta apartarme sin suerte. Blue se interpone.

—Yo que tú me voy y dejo de querer hacer el ridículo. Ninguno de nosotros creerá tu versión.

Le sonrío a mi amiga incondicional. Belle se va a enojar por haberse perdido esto.

—Dejala, Blue, a algunas les gusta hacer el ridículo con novios ajenos porque son tan egocéntricas que no aceptan el rechazo de un hombre.

—Tienes razón, es su forma de lidiar con las inseguridades. Necesitan a todos los hombres detrás para sentirse poderosas y bellas porque por dentro dan asco.

—Oigan, no voy a permitir que dos igualadas me insulten.

—Entonces date la vuelta y alejate de Kenny porque él no te quiere. No le gustas—declaro—. Supéralo. Dejas nuestro genero en vergüenza.

Amelie parece querer decir algo, pero ve que Blue y yo no vamos a retroceder. Tampoco recibe ayuda de parte de Liam y Kenny se quedan quietos sin decir ni hacer nada.

—No puedo creer que me estén insultando—mira a Liam—. Tu padre y mi padre son amigos.

—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros? —cuestiona Liam—. No somos amigos y no podría ser amigo de una persona que calumnia a otras personas y menos cuando son cercanas a mí. Lo que le hiciste a mi primo no estuvo bien. Puedes decir que es mentira y no voy a creerte porque lo conozco y a ti no.

Kenny da un paso al frente.

—Amelie, mejor vete y olvida que existo o me veré en obligación de hablar con tu padre. No creo que le guste saber lo que su hija hizo y estoy casi seguro que me creerá. Aunque no lo hiciera, tampoco importaría. Como te dije en el hotel cuando te eché de mi habitación: no me gustas, no eres mi tipo de mujer, tengo novia.

—No le gustan las regaladas.

Amelie no agrega nada, simplemente se da la vuelta y se aleja. Me alegra que lo hiciera porque unos minutos más y la mujer madura y centrada se habría ido por la puerta y estaría más que dispuesta de clavarle el tacón en el ojo. Lo digo en voz alta y Blue dice que me hubiera apoyado.




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