Mi corazón no olvida

Capítulo 13: Ya nos conocemos

Mi mirada se mantuvo constantemente sobre él mientras conducía su auto hacia el hospital, él se mostraba absorto en sus pensamientos. Una sola duda acechaba mi mente y es que no podía dejar de preguntarme si se había acordado de mí o si es que estuvo mintiendo todo este tiempo. Aún así me sentía tan mal que no me atreví a preguntar,sentía que mi garganta se comprimía cada vez más y que todo mi cuerpo se acalambraba, los niños iban en el asiento de atrás, sabía que no era bueno llevarlo. Él estuvo todo el tiempo con su vista fija en el volante pero en determinados momentos me miraba confundido, cómo si quisiera preguntarme algo pero no lo hacía, lo que me hacía dudar aún más. Llegamos al hospital y me pusieron el medicamento que necesitaba y me mantuve en la habitación hasta que le permitieron entrar a Alejandro y a mis hijos. 

Los niños corrieron y me abrazaron y él se quedó observándonos, pero no dijo nada y en ese momento sentí temor preguntar: no lo vi oportuno, menos delante de los niños. 

—El doctor dijo que te dejarán en observación, pues tienes un cuadro de alergia muy complejo y quieren esperar a ver cómo reacciona tu cuerpo luego de unas horas.Mañana en la mañana ya te darán de alta. 

—Iré a casa con los niños, ellos no pueden dormir en el hospital—afirmé intentando sentarme. 

—Tranquila—dijo poniendo su mano en mi hombro—Si el doctor dice que debes permanecer en el hospital, eso harás. 

—No, ya estoy bien, me iré con los niños —pronuncié.

—Yo llevaré a los niños a casa y los cuidaré—pronunció Alejandro mirándome seriamente con voz autoritaria. 

—Mamá no se quedará sola—dijo Ángel cruzándose de brazos frente a su padre—nosotros nos quedaremos a acompañarla. 

—Así es nos quedaremos con mamá—agregó Ander parándose al lado de su hermano. 

—Es muy lindo gesto que quieran cuidar a su madre, pero no permiten niños acompañantes —dijo Alejandro y ambos niños caminaron hacia mí y me abrazaron mientras él nos observaba. 

—Los amo tanto—dije abrazándolos y besando el rostro de ambos—pero deben ir a casa a descansar... 

—No nos iremos sin ti—dijo Ander. 

—Me iré con ustedes, ya estoy mejor. —agregué pues no lo dejaría ir solos con esas personas tan malas la madre de Alejandro ya mr había demostrado que no nos quería ni a mi ni a los niños. 

—Te quedarás aquí. Yo llevaré a los niños a casa—dijo Ale. 

—Mamá está enferma, no la vamos a dejar sola—pronunció Ángel. 

—Me van a volver loco los tres—exclamó Alejandro—iré a casa y los llevaré, los dejaré con Leticia es el ama de llaves y es de mi entera confianza y regresaré a cuidar de su madre. ¿Están de acuerdo? 

—Sí—respondieron ambos niños a la vez.

—Mejor voy con ustedes—pronuncié.

—Estarán bien, lo prometo, no tienes que preocuparte—dijo Alejandro. 

—Estaremos bien mamá—dijo Ángel. 

—Confía en mí, no los pondría en peligro, estarán bien lo prometo—agregó Ale y asentí, los niños se acercaron y me abrazaron antes de irse. 

—Ya vamos. Adaya cualquier cosa me llamas, volveré enseguida —agregó Alejandro y los niños me abrazaron antes de irse. 

**********

Me había quedado dormida debido a los medicamentos que me habían suministrado y sentí la puerta abrirse y entre abrí los ojos cuando me di cuenta de que Ale estaba allí.

—¿Y los niños? —cuestioné

—Ya los dejé durmiendo y se los encargué al ama de llaves, es una buena mujer, de mi entera confianza,no tienes que preocuparte. Me obligaron a hacerles un cuento antes de dormirse son muy insistentes—comentó.

—Se parecen a ti—murmuré—Alejandro creo que tenemos que hablar y solo quiero por una vez que seas sincero y digas la verdad ¿Cómo sabías que era alérgica a la mantequilla de maní? ¿Has estado fingiendo todo este tiempo? 

—¡No! ¡Por supuesto que no!No he estado fingiendo —respondió exaltado. —no mentiría con algo así. 

—¿Entonces cómo sabías que era alérgica? —murmuré pues ya no creía en él.

—No lo sé, te lo juro, no lo sé. Pero cuando me diste ese perfume se me hizo conocido ese olor, me gustaba, lo sentí cercano y eso me dejó pensando, luego escuché a mi madre decir que el pastel contenía mantequilla de maní y solo supe que eras alérgica no sé cómo, solo lo supe. 

Pero sigo sin recordar absolutamente nada de antes del accidente. —suspiré y él acarició mi cabello era la primera vez que se mostraba amable desde el día en él que nos volvimos a encontrar, mis ojos estaban tristes y evité mirarlo, eso sin contar que su presencia me ponía algo nerviosa. Él se quedó observándome, acarició nuevamente mi cabello y miró con detenimiento el lunar que había en el medio de mi frente. Levantó su manó y la observó arrepintiéndose de lo que había hecho. 

—No te recuerdo, pero ahora siento que te conozco de algún lado, ese lunar me resulta tan familiar, ese olor, saber cosas de ti que no debería saber solo me llevan a pensar en algo. 

—¿En qué? —cuestioné sacándolo de su silencio.

—Que tú y yo si nos conocemos, que tuvimos una historia—dijo y pasó ambas manos por su rostro algo alterado—es que todo esto es una locura por más que trato no logro recordar que pasó antes en mi vida y eso me frustra porque tú una persona que conocí prácticamente ayer me cuentas una cosa y mi madre, la única persona que ha estado allí para mí toda la vida me dice algo totalmente distinto. 

—No ha estado contigo toda la vida—murmuré—Alejandro no eras así—expresé.

—No sé cómo era antes de ese accidente pero si estoy seguro de algo es que no soy esa persona idealizada que te imaginas. No te hagas expectativas, aunque recuperara la memoria no volveré a ser el mismo de antes. Quizás nunca fui realmente como me mostré ante ti. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.