Mi amante, el príncipe de jade.

Sueños peligrosos.

 

Aquella princesa fantaseaba con el hombre prohibido y peligroso, era como una obsesión para ella, entre más imposible mejor, no solo estaba saturando su mente, si no que además ya lo soñaba, vivía una doble vida a través de ellos, una donde ella era la debilidad de aquel villano.

Eran sueños placenteros, llenos de ego y satisfacción al sentir que al menos ahí, él rey era solamente suyo, mientras la princesa fantaseaba con el emperador, la emperatriz permanecía sumergida en sus brazos.

—Creo que ya no puedo más…apenas si puedo respirar. —exclamó Lía agitada y empapada en sudor.

—Lamento si fui demasiado intenso, pero me moría de ganas de tenerte así, desnuda y con las mejillas rojas. —le dijo Valeska mientras le besaba la frente.

—Debo confesar que fuiste más expresivo de lo normal. —declaró Lía con una sonrisa.

—¿No te gusta ver a tu esposo de rodillas ante ti? Especialmente cuando… —Lía le tapó la boca por que seguro diría algo inapropiado.

—Estuve esperando esto por días, si alguien estaba ansiosa de que pasáramos la noche juntos era yo, solo me sorprendió que me dijeras todas esas cosas lindas.

—Es que cuando no te tengo cerca, me empiezo a imaginar tu linda boca, tu espalda desnuda, tu cintura y no me queda más que acumular mis deseos para descargarlos después.

Cuando Valeska por fin la tuvo en la intimidad de su alcoba, comenzó a decirle que era el amor de su vida, la besaba en todas partes, le decía lo hermosa que era y que no había otra mujer para él más que su ratoncita, pero, aunque Lía disfrutó de toda esa atención, también su instinto de mujer le dijo que algo estaba raro ahí, estuvo agentándose para hacerle la pregunta.

—¿Pasó algo durante tu estadía en aberlord? ¿hay algo que quieras decirme? —le preguntó Lía mirándolo fijamente provocando que Valeska se pusiera nervioso.

—¿Algo que deba decirte? ¿me estás pidiendo cuentas?

—Eso quiere decir que, si pasó algo, evades mis preguntas haciéndome unas nuevas, que listo eres, pero yo lo soy más. —le dijo Lía clavándole sus pupilas.

 —En realidad no pasó nada.

—¿Por qué trajiste a una princesa al castillo? ¿Qué estás planeando hacer con ella?

—Te recomiendo respirar y tranquilizarte, no tienes de que preocuparte, solo es una estrategia para intimidar a los elfos, los malditos quieren levantar nuevamente su imperio, siguen rehusándose a mi soberanía y no pienso permitírselos.

—¿No piensas convertirla en tu concubina verdad? Ni siquiera por un tema diplomático.

—No, ella no me interesa, desde que estamos juntos no puedo estar con ninguna otra mujer, temo que me sorprendas en adulterio mientras abres un portal detrás de mí y le arrancas la cabeza a mi amante o a mí, dependiendo que tan enojada te encuentres.

—¿Qué? —Lía frunció el ceño molesta y Valeska soltó una risa traviesa para después abrazar a su esposa.

—Es una broma, lo que quiero decir es que no quiero estar con nadie que no seas tú, no importa si es una princesa o una esclava, solo me llenas tú, solo tengo ojos para ti mi fuerte y bella esposa. —Valeska le besó la mano y se acurrucó en su pecho acorrucándose feliz mente.

—No me puedo enojar contigo cuando me hablas de esa forma, temo que ya me has agarrado la medida rey vampiro.

—Te agarraré otra co…—Lía le dio un beso interrumpiendo a su esposo y añadió:

—Nuestros hijos también te extrañan, vamos a verlos, que se acorruquen esta noche con nosotros, Aspen miraba todos los días por el balcón, fue muy tierno y triste a la vez.

—Mi príncipe es devota a su padre, por eso es mi orgullo ¿Qué hay de mi princesa? ¿Cómo esta ella?

—Cada día más pesada jaja, creo que será una niña grande, ya comienza a balbucear, espera a que la escuches, te enternecerá el corazón.

—Vamos por ellos, ya quiero verlos, además les traje algunos regalos.

—Eres un gran padre, no hay nada más sexy que eso jeje. —le dijo Lía dándole una nalgada.

Valeska y Lía fueron por sus hijos, dejando a las nodrizas descansar por una noche, los príncipes ya estaban dormidos, así que los acostaron en medio de su cama, mirarlos así, dormidos y llenos de paz hizo que el corazón de los reyes se llenara de gozo.

—¿no son perfectos? Son mi alegría, mi vida entera. —le dijo Lía a Valeska mientras se recargaba en él.

—Son lo mejor que hemos hecho, ustedes tres son todo para mí. —le respondió Valeska y ambos se acostaron a descansar con sus hijos.

—¿Quieres que nos escapemos a la bañera? —le preguntó Valeska estirando su mano para acariciarle el mentón.

—Estoy muerta de sueño, pero te prometo sorprenderte esta noche, lo hare para recordar viejos tiempos.

—Ah, ya sé de que va esto, mejor me duermo ya. —le dijo Valeska sonriente y los dos se quedaron profundamente dormidos junto a sus hijos.

Lía pensaba visitarlo en sueños y revivir viejos tiempos, pero tuvo sueños lucidos, como ha eso de las cuatro de la mañana y usó su poder para entrar en los sueños de Valeska, pero una vía de sueños se interpuso en la Línea de su esposo.

(Explicación de este hechizo)

Cada que Lía usaba este hechizo, cerraba sus ojos y ella aparecía en medio de una gran oscuridad, de repente varias Líneas de sueños comenzaban a ramificarse, eran como las raíces grises y brillantes de un árbol, ella era el árbol, debía respirar profundo y concentrarse totalmente para poder encontrar la mente de Valeska y entrar a sus sueños, pero había una línea que estaba repleta de él, una rama en donde se escuchaba la voz de su esposo y una voz femenina.

—¿Qué esta pasando? ¿de quién es este sueño? —se preguntó Lía concentrando su atención en aquella anomalía, usó su poder para dirigirse en esa mente apasionada y una vez que se transportó ahí, supo de quién se trataba

—Hazme tuya, conviérteme en tu amante, quiero ser tuya. —exclamaba Silfi mientras se colgaba del cuello del rey.




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