La Elegida

Capítulo 7:" El futuro"

Capitulo 7 "El futuro"

Me quito el vestido que aún está húmedo, y me cubro con su capa. Ya no tiene magia, pero lleva su olor.

Lo aspiro, para sentir “algo” de él.

Coloco el vestido cerca de las llamas sobre una rama.

En poco tiempo la fina tela se ha secado.

Me lo coloco y luego lo llamo.

Entra despacio.

Su cabello dorado es como el color del amanecer en mi mundo. Alguno de sus rizos se sostiene sobre sus orejas, el resto cae en cascada recubriendo su cuello y llegando apenas a tocar sus hombros y su espalda.

Todos reflejan la luz intensa de la luna.

Me gustaría tocarlos.

¿Por qué este hombre misterioso me atrae tanto?

No es sólo su belleza, hay una mezcla de dolor callado que siento cada vez que me mira.

Me pregunto cómo habrá sido su vida. ¿Aceptando u odiando su destino? ¿Conoció a sus padres? ¿Vivió preparándose y entrenando para ser el guardaespaldas de una desconocida? Sólo habla de Tyna y la Sabia,…pareciera como si sus padres no existieran.

Hay una profunda tristeza en sus ojos que por momentos los oscurece.

Un vacío oculto. Un pozo negro y profundo, que intento explorar cuando lo miro, pero se esfuerza por esconder.

Si pudiera saber el motivo. Si pudiera sacarle ese dolor, o esa carga….si hubiera algo que pudiera hacer para que sea libre.

¿Por qué siento tanto por él conociéndolo tan poco?

Mi vida cambió desde que apareció… y siento que nada será igual en el futuro.

Encontrar la semilla, es lo mejor que puedo hacer para “liberarlo”. Él cumplirá su misión con “la elegida” y dejará de llevar esa responsabilidad a cuestas.

Me pregunto ¿Cómo atravesaremos el muro sin su encanto, que nos hacía invisibles y sin alas?

Aunque de poco nos sirvió con las Triatas, nos encontraron enseguida… o quizás, fui yo...

Este sentimiento que crece dentro de mí, y como el agua de una pava en ebullición, se escapa, sin poder retenerlo.

Quizás ese cuento del que me habló Tyna era cierto y nos encontraron por “esto” que siento.

Debo detenerlo ya.

Él no puede volar y yo…menos.

Es sólo un buen amigo y eso será siempre. Fin.

¿Por qué nunca he sido precavida? Un abrigo hubiera sido de ayuda.

Cuando de niña iba a la playa elfa del lago de las Esterdas, que se ilumina con la presencia de cualquier ser vivo, del color de su energía, me quedaba horas observando cómo resplandecía sobre mí, y cómo inundaba de color todo el lago con mi sola presencia en él.

Pero jamás llevaba un abrigo y lo lamentaba cuando volvía de noche titiritando de frío. Recuerdo mis pies sumergidos, iluminados en el agua.

¿Tendré algo especial? Le preguntaba a mi madre-Resplandece mucho más que con todos mis amigos, incluso ilumina todo el lago-le decía y ella siempre me respondía, que muchos elfos producían el mismo efecto que yo.

Sin embargo, si lo pienso bien, en todos los años que me he bañado allí, jamás he visto a nadie que provocara ese aluvión de luz. Sólo yo.

-Debemos irnos-sale afuera de la cueva.

Asiento, y voy detrás de él.

Me detiene.

-Deberías quedarte aquí. Si me dices dónde puede estar la semilla, yo la buscaré y luego, al amanecer, enviaré a Tyna a que te lleve a tu casa o a un lugar seguro.

Frunzo el ceño.

-No me quedaré aquí sola esperando. Además no será fácil encontrarla. Ya me he recuperado. Iré contigo.

Asiente con la cabeza.

Se está dando cuenta que no es fácil convencerme.

Caminamos entre las hierbas altas.

La luna ahora está escondida entre la copa de los árboles, y alumbra tenuemente.

De repente, veo a lo lejos, una planta que me parece familiar.

Me agacho a recogerla rápidamente, y él también lo hace.

Nuestras cabezas chocan.

Cuando su mirada se encuentra con la mía, a un pelo de distancia, es como si el resto del mundo desapareciera mágicamente.

Reacciona, Leia, por favor reacciona.

Tomo esa planta de raíz.