Hasta que el sol vuelva a sonreír

Capítulo 9❤

El chico que está en la puerta es mi hermano mayor. Bueno no sabría que decir si es el mayor entre los mellizos Islas, pero aquí se encontraba Erick, mi hermano querido.

—¿Hermano? —Axel que no entendía nada y se separó de mi lado como si yo quemase.

—Hermanita de mi alma. Tiempo sin verte. —caminó hasta mí y me abrazó fuerte—. Te extrañé tanto.

Mi hermano es un desastre de chico, desde mujeriego hasta insoportable. El chico fiestero y con cientos de amigos. Pero tiene bonitos sentimientos. Él es precisamente todo lo contrario a mí.

Tiene el cabello castaño claro, ojos azules, piel tostada, un físico de infarto para la mitad de la población femenina que lo conoce (aunque no sé qué le ven sí) además tiene el don de gente. Es igual a mi mamá. En cambio, yo saqué toda la genética de mi padre.

—Hermanito... —lo abrazo fuertemente, porque lo extrañé un mundo y en este momento como que necesitaba alguien cercano a mí—. Yo también te extrañé.

De mis dos hermanos Erick es el que siempre ha estado para mí. Él es mi mejor amigo, aunque nos vivamos peleando, siempre le cuento mis problemas y él a mí los suyos. Lo triste es que nos alejamos un poco en el momento que decidí ir a la universidad en otro estado.

Me suelta después de darme un beso en la frente. Mira para los lados y en ese preciso momento ya sé que se percató de Axel y se pondrá en "Modo hermano sobre protector"

Lo encara con su mirada de capitán de fútbol que fue en el pasado. Esa que dejaba a todo el mundo vuelto polvo y la razón de que ningún chico hablara conmigo. —¿Quién carajos eres tú? —Espeta Erick con una miradita, que si estás mataran Axel estaría tres metros bajo tierra—. ¿Por qué estás tomada?

Esperen, ¿qué?

—Erick, deja las estupideces. Solo me bebí unas cervezas.

—Ajá, pero quién es él. ¿Te quería emborrachar?

Lo voy a matar.

—Soy Axel. —mi amigo le extendió la mano, pero el idiota de mi hermano no la tomó. Yo lo golpeé en el brazo por maleducado—. Soy un compañero de clases de Amelia.

Mi hermano que no es insoportable, noten en sarcasmo en esta oración, no se quedó quieto. —Y si eres compañero de clases. ¿Por qué salieron tan tarde? No sé tú, pero no me da buena espina.

Esperen un segundo. ¿A mi hermano que le pasa?

—Salimos a cenar con nuestros amigos —respondió tranquilo sin dejarse amilanar por la actitud de mi hermano mayor.

—Sí, no me digan. Conozco los de tu clase y solo quieren una cosa —él me da la mirada, solo que yo ya soy inmune a ella—. Eres muy pequeña para tener novio.

Me puse del color de un tómate. Es que lo iba a matar.

Seguro debo estar tan roja que me extraña que mi sangre no haya quemado mi piel. ¿Cómo se le ocurre al estúpido de mi hermano decir tal parrafada?

—Idiota, Axel no es mi novio. Yo no tengo novio —espeto bastante enojada y sobre todo abochornada—. Él estudia conmigo nada más. Además, tiene novia. —No sé si debí decir eso último, pero creo que mi hermano se calmó porque bajó los hombros y su mirada intimidatoria cambió.

—Bueno, disculpa mi comportamiento, hermano. —Axel lo mira estupefacto por el cambio tan rápido de actitud. Cualquiera lo estaría, mi hermano es medio bipolar—. Tú sabes que debo proteger a mi hermanita de los buitres que quieren acercarse a ella.

Axel asintió como si comprendiera la situación. —Lo entiendo, sé que es tener una hermana pequeña. Uno siempre quiere protegerlas. —¿Hermana? Eso yo no lo sabía.

Me volteó hacia mi hermano para ver si me explica ¿qué hace aquí? Esto no era normal. —¿Qué haces aquí? —le digo repitiendo mis pensamientos.

Pone una sonrisa de oreja a oreja, insisto que él debería ver un psiquiatra. —¿Acaso no puedo darle una visita a mi pequeña? —ese cuento se lo iba a creer otra, porque yo no.

—Bueno yo me voy, Amelia te dejo para que recibas a tu hermano, me imagino que deben hablar mucho. —notaba lo incómodo que estaba y lo mucho que quería huir de este desastre. —Mañana te veo en la facultad y no abras el cuaderno más Descansa. —miró a mi hermano. —Mucho gusto... —espera el nombre del estúpido que lleva mi sangre.

—Erick... —el idiota dice y mi amigo solo asiente.

Axel va rumbo a las escaleras y supongo que se quedará con su chica. Me obligo a no pensar en ello y paso a mi hermano para mi departamento.

Pero no me quedo callada. Esa excusa "De vengo a visitar a mi pequeña" no se la compro.

—¿Qué demonios haces aquí? Y quiero la verdad —inquiero, cruzando mis brazos para verme "más feroz". Difícil, porque él mide casi dos metros para mi estatura promedio.

Él se sienta en el sofá, como derrotado. Enfoca sus ojos en mí y noto que tiene lágrimas en ellos. Lágrimas.

Mierda, esto si no lo vi venir.

Esto no puedo creerlo. Es extraño ya que él nunca llora. Me atrevo a decir que nunca lo había visto llorar. Ni siquiera cuando se partió el brazo jugando futbol a los diez años.

Me preocupo de verdad. — ¿Hermanito, qué tienes? ¿Papá y mamá están bien?

Solloza y se me rompe el corazón.

—Hermana, nunca te enamores. No hagas esa tontería. — su respuesta no la entiendo. Él es un mujeriego empedernido, No se enamora. Nunca—. Es el peor error que puedes cometer.

Ahora si todo se descontroló por completo.

—Pero, ¿qué pasó? —sigo sin comprender nada.

Se limpia las mejillas con rabia. —Conocí a una chica. Una turista. Le mostré todo el lugar, compartí cosas con ella. Era hermosa y me hacía reír. Solo estuvo allá en casa por un tiempo. Pero en esos días la llegué a querer demasiado. Ella es diferente. —lo escucho sin emitir palabra alguna, porque no creo que salgan frases coherentes de mi boca—. Pero ella se fue, tenía que volver a no sé dónde y me dejó. Le quiero demasiado.

Mi hermano ¿enamorado?

Ahora es que me recupero de la confesión inicial, cuya confesión parecía no haber hecho mella en mi cerebro sino hasta ahora.



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En el texto hay: drama, amor, amistad

Editado: 07.01.2023

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