Esta soy yo y ¿qué?

Capitulo 24 [Final]

Narrador

Ivete se detuvo, apretó sus puños y deseo con todas sus fuerzas soltar la correa de su zapato y darle con el tacón en la cabeza a Paul ¿Cómo se le había ocurrido acercarse a esa gorda? Le habia dado un motivo para vengarse de él.

Pero no le daría el gusto de que la viera molesta, ni confundida. Ella era una mujer muy educada.

Se giró hacia Agustina, la mujer que odiaba más que nada en la vida.

-¿Abusar de ti? -su mirada subió y bajo hacia Agustina, de una manera despectiva, haciendole saber que era poca cosa -todo esto lo estás inventando por que no aceptas que Paul no se fijo en ti, estás dolida y ahora tratas de hacerle daño.

Queria ver que ella diera un paso atrás como siempre hacia, que bajara la mirada y titubeara para salir huyendo, no permitiria que dañara la imagen de su novio. Ella era la única que desde niña habia sabido controlar a Agustina.

Pero ella no retrocedio, no bajó la mirada... no, ella avanzó y se acercó.

-Claro que intentó abusar de mi -la miró a los ojos -tu novio, entró a mi camerino con la idea de que yo era su novia aún -fruncio el ceño pero inmediatamente dibujo una sonrisa, Paul jamás haría tal cosa, él sentia asco por esta mujer repugnante.

-¿Bromeas? Mi prometido -recalco las últimas palabras -siente aversión por ti, recuerdo que cuando eran novios, él me decia que casi devolvía el estómago cuando te besaba.

-No me interesa lo que el sentia, lo que si me interesa es que entró a mi camerino, me atacó y si no hubiera sido por mi novio, Paul hubiera logrado su cometido -Ivete no paso por desapercibido que cuando Agustina dijo mi novio, señaló al hombre guapo al que ella le hecho el ojo, quizo reir, una mujer como está gorda jamás tendria a alguien como ese hombre.

-¡Desvarias gorda estupida!

-No soy estúpida, aunque no quieras aceptar que tu prometido quizo abusar de mi, eso pasó.

-Gorda asquerosa -la mano de Ivete se levantó en el aire para cruzarle la cara, está mujer estaba desubicada, Paul nunca iba a tratar de abusar de esta mujer, teniendola a ella, bella, única. Sintió que Agustina la sujetó con fuerza, esto era el colmo la idiota iba a defenderse.

-Tú no tienes derecho a golpearme, los dias que lo hacías quedaron atrás Ivete, ya no soy la misma de antes. Esa que dejaba que la redujeras a nada, que me tratarás como tu alfombra personal, no Ivete, comprendi y entendí que la belleza no es sólo fisica, tiene mucho que ver como eres internamente. Soy una mujer distinta al esteriotipo dictado por la sociedad pero eso no me hace menos que nadie, soy un ser humano como tú -Ivete muestra un rostro de horror ¿Como se atrevia a compararse con ella? -tampoco soy moneda de oro para agradarle a nadie, se muy bien que existe gente como tú con prejuicios por que mi talla es grande pero eso ya no me quita el sueño, ni me afecta en nada. Está soy yo y ¿qué? Nadie vivirá mi vida ni yo trataré de vivirla como la sociedad lo desea. Al fin he aprendido a aceptarme, a amarme y a gustar de mi misma. Si no te gustó, gira el rostro y no me veas asi de simple por que no cruzare una calle sólo para evitarte la molestia.

-Eres una... -la voz de Ivete ha quedado en el aire.

-Me ha gustado tu discurso cariño mio -Ella abrió más los ojos y vio a Paul ¿Era en serio? en su cara le decía cariño a otra, a ella no le decia asi desde hace muchos años atrás.

Con furia lo miró pero él tranquilamente la ignoró, esto debia ser una pesadilla, una total pesadilla.

-¿Qué has dicho Paul? -él le sonrió y suspiró.

-Me ha gustado su discurso y que al fin alguien se enfrentó a ti -se encogió de hombros -lucharé por ti Agustina Palacios, no me daré por vencido, eres una mujer exitosa.

Agustina observó a Paul, él sabia que iba a la cárcel pero estaba calmado, los gritos habían desaparecido e igual la furia, la verdad no lo entendia y no tenia interés en intentarlo.

La llegada de la policía y el de escuchar los testimonios les llevó su tiempo.

Ivete estaba jaloneando a Paul de las orejas y del cabello, su rostro estaba rojo por la furia, habia peleado con la policía por atreverse a ponerle las manos a su novio, después que discutió un buen rato, llamó a su abogado para que se moviera a la ciudad para defender a Paul.

Paul salió del camerino custodiado por la policía y esposado, antes de salir miró a Agustina y le lanzó un beso en el aire, si, ella era una mujer que habia superado el rechazo y se habia forjado asi misma, la admiraba.

Ivete le dio un manotazo en la boca a Paul por atreverse a lanzar un beso a la cerdo Palacios pero no logró borrar la sonrisa de sus labios.

Ellos salieron del camerino de la mujer que humillaron desde la niñez hasta que fue adulta, esa mujer que si hubiera seguido en el pueblo no hubiera despertado el interés, la admiración de Paul por conformarse con lo que era, esa mujer que hacia sentir a Ivete celos y muchos por que ella estaba viviendo su sueño, el de ser famosa. Agustina no debia vivir su sueño, no encajaba dentro de las reglas de la belleza pero he aqui, ella vivia su sueño.

Agustina.

Poco a poco el camerino se fue vaciando, después que mis compañeros se cercioraron que estaba bien, mi mirada iba hacia Alejo, quién se había sentado en un rincón a hojear una revista, su ceño estaba fruncido.

Cuándo la ultima persona se marchó no dude en avanzar hacia él, me coloque en cuclillas.

-Alejo... -susurre, sentia angustia dentro de mi corazón, lo amaba y me arrepentia no haberlo confesado nunca, no queria perderlo.

-¿Estás bien? -su voz fue cariñosa pero su mirada no conectaba con la mia.

-No lo estoy -dejó la revista y sujetó mi rostro entre sus manos, su mirada me recorría -debo explicarte lo que Paul dijo.-si, hubo dolor en su rostro -nunca le dije que lo amaba -su mirada estaba atenta a mis gestos -y le explique la razón, con tantas inseguridades en mi vida, por todos los insultos que escuché, me sentia un poco ridícula decirlo, sentia que alguien como yo no tenia derecho de amar y -bajó la mirada -nunca senti por Paul lo que siento por ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.