Esta soy yo y ¿qué?

Capitulo 19

—¿Quién está aqui? —Alejo no responde sólo sujeta mi mano, mi mirada va de un lado a otro.

—Siempre vengo a visitarlas —ellas abren sus ojos y dibujan una mueca de sonrisa.

Las nueve camas en esa habitación estaban ocupadas por mujeres mayores y jóvenes.

Sus cabezas estaban cubiertas por pañuelos, unas tenian cejas, otras no. Sus rostros pálidos e igual sus labios.

—Alejo —saludo una de ellas y extendió su mano huesuda, él me suelta y se apresura a estrecharla.

—Hola preciosa —Alejo, se mueve de cama en cama para saludarlas. Estoy en un rincón de la habitación, mirando el cariño que le tienen a Alejandro.

Él me presenta y todas me saludan en coro. Comienzan a charlar con él y a contarle cómo se han sentido. La mujer que está más cerca a mi, me hace señas para que me siente.

Al hacerlo, ella sonríe.

—Es maravilloso cuándo nos vienen a visitar, Alejandro lo hace dos veces al mes —su mirada se desvia hacia él por un momento y luego hacia mi —¿Sabes? Estando aqui empece a valorar las pequeñas cosas —suspira —los simples rayos del sol acariciando mi piel, sentir el viento. Cuando uno está sano, da por sentado todo, no valora nada... ni siquiera la vida misma.

Me he quedado inmóvil ante sus palabras.

—Se podría decir que no amaba mi vida, probe drogas por diversión, hice lo que a mi me daba la gana, incluso cuándo salio la goma en un costado de mi cuello, no le tome importancia, mamá si, ella insistía en que visitará al médico pero yo le decia que un dia tendria tiempo. Cuándo al fin lo tuve, ya el cáncer habia avanzado.

—Lo lamentó —ella sacude la cabeza.

—Yo lo lamentó más, treinta años de mi vida que no los viví bien.

—¿Treinta años? —ella suelta una risa y asiente.

—No lo aparento, lo sé, me veo más vieja pero es está maldita enfermedad. Hasta la juventud me ha arrebatado. No vivi chica de Alejo,no como Dios mandaba. Hoy cada dia que abro los ojos, le doy gracias a Dios por que lo hice.

—No sé que decir.

—No hay nada que decir —extiende su mano y yo la tomó entre las mías —mañana me toca quimio, eso es algo tan horrible, me deja destruida.

—Lo siento —sentia un nudo en mi garganta, pero trataba de controlar el llanto.

—Es duro —murmura —pero son momentos robados los que vivo. Chica de Alejo, quisiera regresar el tiempo pero ya es tarde, miró hacia atrás y no hice nada bueno.

—No sé que decir —ella suspira y pasa el dorso de su mano para secar su mejilla donde rodaban sus lágrimas.

—Sólo vive la vida, disfrutala y sé feliz. Te lo dice alguien que cada dia arranca un pedazo de esperanza donde no hay.

***********

Es maravilloso —Gigi y el resto de chicos aplauden a la nueva portada del segundo volumen de la revista —vendimos millones de copias del primer volumen, espero que de este se venda el doble.

Paula y Lucia se miran emocionadas, la portada eramos las tres juntas, poses muy sensuales de parte de las chicas... yo estaba aprendiendo.

—Mañana sale el segundo volumen, preparense chicas que serán asediadas por muchos fans —las chicas la miran —tenemos un saco lleno de cartas enviadas a Agustina sin contar con el correo electrónico full.

—¿Para mi? —ella asiente.

—Te entregaremos una parte de las cartas para que las leas y te enteres de cuántas admiradores tienes.

No respondo, la verdad estoy impresionada. No esperaba está reacción de parte de la gente, escribirme. Yo era una mujer rechazada por la mayoria pero desde que salia en la revista, había tenido que abrir una cuenta en las redes sociales, ya que varias de las personas que me pedian autógrafo, siempre preguntaban como aparecia, asi que Alejandro me aconsejó en abrir una cuenta y eso hice, para mi sorpresa contaba con muchos seguidores.

Gigi continuó hablando del nuevo lanzamiento.

Todos estaban emocionados, me recoste en el respaldo de la silla y sonreí mientras observaba la felicidad en cada rostro. Este lugar era diferente al salón, aqui las chicas eran amables e igual el resto del personal.

Algo un poco extraño según conversaciones que habia escuchado, las modelos solian competir entre si pero nosotras nos llevábamos bien hasta el dia de hoy.

Alejo

—Ricardo Palacios, firmó el contrato —Oscar me pasa una copia, en la página donde está plasmada la firma de él —¿Por qué más negocios?

Sonrió y lo observó detenidamente.

—¿Investigaste lo otro? —él se encoge de hombros y saca el sobre de manila.

—No me digas que ahora invertiras en fincas, bueno aunque está famila, tiene diversidad de negocios en el pueblo las Flores y están a punto de abrir una ferreteria, al parecer si está familia te da la espalda, te vas a la quiebra. Su eminente apertura estaba dejando a Ricardo Palacios, casi en la quiebra por que nadie iba a comprarle.

—No me interesa que sólo el pueblo de las Flores sea el cliente, quiero que los pueblos aledaños conozcan de la ferreteria, razón por la cuál de ahora en adelante habrá servicio a domicilio, ¿la nueva ferreteria lo tiene?

—Hasta donde investigue no —Oscar abre el sobre y saca los documentos —Su fortuna no es tan grande cómo hace cinco años atrás, al parecer han hecho malas inversiones.

—Entiendo —frunzo los labios —¿Qué averiguaste del tal Paul?

—Es considerado el hombre mas guapo de el pueblo las Flores —asiento —dueño de una gran hacienda de ganado.

—Bien —Oscar se queda en silencio —situación sentimental.

—Novio de Ivete Montes —revuelve entre los papeles y saca una fotografía —es una belleza de mujer —su sonrisa es amplia al entregarme la foto.

Veo la foto y no lo niego, Ivete es una mujer muy linda pero ella no tenia aquella chispa que caracterizaba a Agustina.

—Lo es —dejó la foto en el escritorio —pero no es mi tipo de mujer, su sonrisa es estudiada para la camara, no es auténtica. Su mirada es dura, no hay dulzura en ella, tampoco compasión —abro la gaveta de mi escritorio y sacó aquella foto que acaba de revelar —ella es mi tipo de mujer.




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