Esta soy yo y ¿qué?

Capitulo 6

Mi mirada recorre mi cuerpo a través del espejo... no me gustaba lo que veia. Me habia refugiado en el baño después de ver a esa mujer con cuerpo de barbie, sus ojos habian recorrido mi cuerpo y estaba segura que no debió agradarle nada.

Pego mi espalda a la pared y me siento toda una cobarde... no quiero salir, debian estar riendo de mi los presentes en este lugar. Sus miradas estaban dirigidas a nuestra mesa.

— ¿Estás bien? — Gigi está aqui, se acerca apresurada hacia mi pero me muevo, no queria escuchar reproches por mi gordura.

— lo estoy — mi voz a sonado un poco áspera.

— bien, vamos a la mesa.

— ¿Comerás con nosotros? — ella se detiene y me mira sobre su hombro con una gran sonrisa.

— no querida, se supone estoy en una cita — lleva su mano delicada, con uñas perfectas y pintadas de rojo a su mejilla — él debe estar jalando sus cabellos al no verme en la mesa, pero me preocupe que no llegaste a la mesa.

— ¿Preocuparte por una desconocida? — ella asiente y camina dos pasos, tres, cuatro hacia mi.

— claro Agustina, espero que dentro de poco no seamos desconocidas. Que seamos amigas.

— ¿Amigas? — sonrió con burla, pero ella está seria.

— claro si tu lo deseas — acerca su rostro al mio, sus ojos me observan profundamente, siento que me estoy poniendo roja — Dios no puedo creer que al fin encontré lo que buscaba — me siento confundida por sus palabras, honestamente ya me está dando miedo.

Doy un paso atrás, creo ni lo notó. Está examinandome.

— tendré paciencia Agustina — sonríe como si tuvieramos una complicidad — espero lograrlo, un mes de paciencia será un total reto, vamos Alejo debe estar impaciente al igual que mi cita.

— ¿Son amigos?

— desde niños, él es como mi hermano.

Suspiró un poco más tranquila, temia que ahi hubiera algo más.

— vamos — asiento ante su petición y la sigo, al salir del baño y dirigirnos hacia la mesa, el nervio me invade nuevamente, todos mueven sus cabezas. Gigi tenia un cuerpo espectacular cómo el de esas mujeres que salen en las revistas, anda un hermoso vestido, un elaborado peinado... ella es una preciosa criatura. En cambio yo, Agustina Palacias... más bien la vaca Palacios por que asi me sentia en estos momentos, a la par de Gigi, ando un jeans desgastados,zapatos de lona, una blusa sin forma y el cabello atado en una cola de caballo.

Bajó la cabeza y muerdo mi labio.

— te envidio Agustina, andas cómoda y te ves joven, fresca, radiante — levantó la mirada hacia Gigi, que tenia un humor negro ¿Yo radiante?

No pude responder ya que hemos llegado a la mesa, Alejandro se ha puesto de pie, ambos intercambian una mirada produciéndo una sonrisa entre ellos. Eso me ha causado incomodidad.

— querida te dejo en buenas manos, espero nos veamos pronto — Gigi se acerca y da un beso en mi mejilla — es un placer haberte conocido Agustina.

Se separa y da un beso a Alejandro para retirarse a su mesa. Un hombre muy elegante se ha puesto de pie con una gran sonrisa cuándo ella llegó.

— ¿Estás bien Agustina? — me he sentado frente a él, mientras su mirada está puesta en mi.

— lo estoy — trató de ignorar a los que están a mi alrededor, tomo el cubierto y me dispongo a comer en silencio.

No hable y tampoco levanté el rostro, iba a comer poco y debia concentrarme para que mi cuerpo hambriento aceptara lo poco que le iba a dar. No habia almorzado.

— espero que la comida esté deliciosa — levantó la mirada y Alejandro tiene su plato casi vacío, salvo un trozo de carne que ha dejado a un lado y está cortado en varios trocitos,el cuál en ese momento pincha uno con su tenedor y lo acerca a mi — prueba, está delicioso — niego.

Pero él no se inmuta, se inclina hacia mi con el tenedor, suspiró y extiendo mi mano para tomar el tenedor pero él niega, lo veo horrorizada, debia abrir mi boca para que él me diera de comer.

— no me apetece Alejandro — justamente al declararlo mi estómago hace una protesta escandalosa, el rubor sube por mis mejillas, mi cuello... mi cuerpo no paraba de avergonzarme.

— toma — me doy cuenta que no se dará por vencido, con resignación abro la boca para atrapar el trozo de carne... mmm algo muy rico, siento que mi boca se ha hecho agua literal al sentir que está delicioso. He cerrado los ojos — es maravilloso ver a una mujer disfrutar de lo que come — abro los ojos de golpe ante las palabras de Alejandro, él está sonriendo pero hay algo en su mirada. No es burla, no es reproche... no sé que rayos es.

— yo, ya no... — él sólo sonríe y acerca otro trozo, mi boca está hecha agua nuevamente, suspiró y decido que sólo por está noche rompere la dieta, con alegria abro la boca para volver a comer ese manjar de los dioses.

Alejandro

— Dios, no creo poder aguantar — Gigi está en el umbral de la puerta, pasa junto a mi y se dirige a la sala, se deja caer en el sillón — es que mi mente ya empezó a crear la portada de la revista.

— ¿Por eso no duermes? — ella se encoge de hombros y cruza una pierna, causandome gracia su pantunfla de conejo — ¿Y tu cita?




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