El otro hijo del rey.

Capítulo 14

Es un nuevo día. 
-Su majestad esta es la lista de los voluntarios que en breve partirán-dice Geronimus 
El rey toma la lista echándole un vistazo por encima y pues el primer nombre que ve es Sebas- 
tián a lo que dice 
-Por qué pusiste a Sebastián, si es un novato en la academia-dice el rey 
-Su majestad él fue el primero en anotarse, se ofreció voluntario sirviendo de ejemplo a los  
demás 
-Este muchacho está loco-dice el rey-dile que quiero verlo ahora mismo. 
Y unos minutos después entra Sebastián a donde el rey 
-Su majestad mando a llamarme- 
-Por qué te anotaste para ir a la guerra, acaso enloqueciste, no oíste que será una masacre,  
además no estas aquí para eso sino para ser mi guarda-dice el rey 
-Ya seré su guardia personal cuando regrese de la guerra, hay gente inocente muriendo-dice  
Sebastián.

-¿Qué debo hacer hijo mío para que no vayas?-dice el rey 
-Padre le agradezco este tiempo que ha estado velando por mi, pero esta es mi decisión-dice  
Sebastián 
Ante tal respuesta el rey lo abraza fuertemente y le dice 
-Solo regresa vivo, no quiero volver a perderte. 
El ejército parte, el pueblo los aplaude cuando marchan por la ciudad. Es largo y difícil el ca- 
mino hacia el reino de Terranía. 
Unos soldados del rey de Terranía los está esperando fuera de la ciudad cuando llega el ejérci- 
to. Y les dan orientaciones al ejército de Carda que va dirigido por su capitán Marcus de que  
los apoyen en la parte oeste que es donde más vulnerables están. Y para allá parte el ejército. 
Mientras tanto en el castillo la princesa está muy triste, lleva noches que apenas duerme  
pensando en si Sebastián aun estará vivo y en que cada día se aproxima más su boda. 
El rey también está preocupado por su ejército, sobre todo por su hijo y más aún por un posi- 
ble ataque a su castillo en el futuro. 
Pasan los días pero solo llegan noticias de la devastación y los saqueos que se ha causado en  
el reino de Terranía pues el ejército que el rey ha enviado está en una zona de difícil acceso  
por lo que se les hace casi imposible mandar noticias detalladas sobre su situación. 
Es tarde en la noche y la princesa Leila está en la biblioteca, camina por los extensos pasillos  
mientras mira los estantes sin animarse por ningún libro, se pone la mano en el medio del pe- 
cho donde quedaba el colgante que le dio a Sebastián como si buscara consuelo en los recuer- 
dos, y sin darse cuenta se le escapan los suspiros. La princesa espera, pero nadie llega,-será  
que volverás algún día-dice mientras piensa en voz alta. 
Mer que va llegando escucha sus palabras y responde: 
-Las personas buenas son como los buenos libros, siempre vuelven, aunque sea los devolve- 
mos a nosotros con el pensamiento- 
La princesa solo sonríe queriendo ocultar sus sentimientos. 
-Escuché que Sebastián se fue a la guerra, creo que eran compañeros de lectura-dice Mer  
quién los había visto más de una vez conversando en la biblioteca 
-Solo coincidimos casualmente un par de veces-dice la princesa y agrega-pero creo que ya de- 
bería irme,ya es bastante tarde.

-Que pases buenas noche princesa-dice Mer quien se queda sonriendo. 
Ya ha pasado un mes desde que el ejército partió. Aún no se conoce cuáles son sus condicio- 
nes. 
 
(Sebastián lucha con alguien, las espadas producen un sonido espantoso al chocar, el oponen- 
te derriba la espada de Sebastián y este cae al suelo mientras le clavan la espada por el abdo- 
men).En eso la princesa Leila despierta sobresaltada,-solo era un sueño -se repite así misma  
mientras respira aceleradamente.-Sé qué volverás, me lo prometiste-se dice así misma mien- 
tras intenta fallidamente recuperar el sueño. Y así le sorprenden los primeros rayos de sol per- 
dida en sus pensamientos. 
-Su majestad-dice Naná la dama de compañía de la princesa y su fiel confidente-¿está bien?  
Parece que no durmió bien. 
-La verdad casi que no dormí- dice la princesa-Naná ¿crees que Sebastián aún este vivo? 
-Claro que si princesa, debe ser positiva y rogar a Dios que lo acompañe-dice Naná 
-Naná ayúdame a ocultar este mala noche, necesito maquillaje extra-dice la princesa mientras  
su dama la peina. 
Es temprano y los monarcas Octavio y Gertrudis desayunan junto a su hijo el príncipe Dan , la  
princesa Leila y el padre de esta. Gerónimus entra al comedor: 
-Su majestad disculpa que lo interrumpa pero han llegado noticias de nuestras tropas. 
-Habla Geronimus que estoy ansioso por saber-dice el rey 
-Son malas noticias, la mitad de la tropa que enviamos ha muerto y quedan muchos heridos, 
no se han podido recuperar todos los cuerpos y por el momento solo han llegado hasta noso- 
tros algunos objetos pertenecientes a los fallecidos ,creo que sería bueno identificar a quienes  
pertenecían para entregarlos a su familia en su honor-dice Geronimus. 
El rey dice 
- quiero estar presente mientras entregan los objetos, creo que el pueblo me necesita-

-Lo acompañaré-dice Dan 
La princesa no se aguanta, solo piensa en si Sebastián aun estará vivo , por eso quiere ver los  
objetos con la esperanza de no encontrar el collar que le dio a Sebastián; por eso dice: 
-Dan puedo ir con ustedes- 
-No creo que te agrade ver esto-dice Dan 
-Hija eres demasiado sentimental para estas cosas-dice el rey Carlos. 
-Un día seré la reina y tengo que prepararme para cosas difíciles-dice Leila 
-Bueno ven-dice Dan-después de todo quien puede resistirse a tus peticiones. 
Y van acompañando al rey hacia un cuarto donde se han guardado las cosas. 
El rey mira todos los objetos sucios, llenos de sangre, quizás algunos hasta con el último alien- 
to de sus dueños y toma en la mano un collar 
-Esto era de Sebastián-dice el rey con una profunda tristeza que quebranta su voz 
-Padre como lo sabe-dice Dan 
-Porque..-duda el rey unos momentos ya que es el collar que un día le dio a la madre de Sebas- 
tián-lo había visto con él-y se contiene para que no se note que se desborona por dentro. 
Al escuchar esto la princesa se desmaya, pero no cae al suelo pues Dan la sostiene y la levanta  
en brazos 
-¿Qué te sucede? Leila, reacciona-dice Dan 
-Mejor llévala a su habitación-agrega el rey-esto no es sitio para una chica 
Y Dan sale con la chica en los brazos y la lleva a su habitación y manda a llamar al doctor,  
cuando vuelve en sí Dan le pregunta: 
-¿Qué sucedió? te dije que mejor no fueras 
El padre de Leila también está cerca junto al doctor 
-Creo que solo fue la conmoción, no todos aceptamos la muerte de la misma manera-dice el  
doctor-es mejor que descanse. 
-Si prefiero estar sola unos momentos- dice la princesa con la voz entre cortada. 
Todos salen de la habitación y apenas se cierra la puerta la princesa rompe en llantos  
-Prometiste que volverías-dice en voz baja mientras llora. 
Ya está atardeciendo y la princesa no ha salido de su habitación.



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En el texto hay: amor, acción , aventura

Editado: 14.03.2022

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