Autores del terror

El pacto

"Que nadie en el mundo sufriera la pérdida de un hijo", dentro de la cabeza de Anny ese era el único pensamiento, en verdad que es muy duro llegar a pensar que algunos de nuestros hijos sufra, es un hecho que en la vida pasarán diversas situaciones que compliquen en algún momento sus ideales, posiblemente pasen un mal momento, alguna complicación o simplemente el dolor, pérdida y sufrimiento cotidiano de la vida, pero, cuando son jóvenes creemos que podemos ayudarles a evitar ese desagradable momento o cuanto menos eso intentamos, lamentablemente no todos podemos decir que lo logramos con éxito.

En esta ocasión esta era una pesadilla hecha realidad, Anny, una madre soltera y con el alma destrozada, vivía unos de los mayores retos de la vida, su hijo Santiago de tan sólo 5 años se encontraba en estado de coma desde hace 40 días, su situación era crítica y a cada momento empeoraba, Anny había intentado hacer todo lo que en sus manos estuviese pero lamentablemente nada era suficiente, la vida de su único hijo se extinguía y junto con él toda esperanza en ella.

Esa misma mañana la Doctora encargada del caso de Santiago le informó a Anny que todos los intentos eran insuficientes y que si Santiago llegara a sufrir otra crisis posiblemente ya no lograrían sacarlo adelante. Después de la noticia nada alentadora, Anny se encontraba desconectada de la realidad, como si alguien apagara su mente, ella simplemente bloqueó todo, caminó por horas hasta llegar a una iglesia, al entrar ahí se inclinó frente a la imagen y comenzó a llorar mientras suplicaba por la vida de su hijo. Un sacerdote escuchó los lamentos y al acercarse a ella le pidió que se calmara, aquella mujer destrozada le explicó al padre la pena que ocasionaba ese dolor, le pedía por la sanación de su único hijo y pedía que interviniera para que sus plegarias llegarán al cielo.
- Oh mujer, lamento escuchar lo que sufres, pero el Señor tiene un plan para todos nosotros, si es su voluntad llamar a su hijo al cielo, debes de sentir alegría y gozo en tu corazón, no dolor como el de ahora, reza y espera el poder de nuestro Señor, quien tendrá la última palabra sobre la vida de todos nosotros, al escuchar eso, Anny se puso inmediato de pie, le preguntó que si esa era la voluntad de su Dios, ella no la aceptaría ¡JAMÁS!.

La mujer salió furiosa del lugar, no podía creer las palabras de aquel sujeto que se hacía llamar mensajero de Dios y fue ahí cuando ella lo entendió, por un momento su mente le tenía preparada la que podría ser una gran solución y no dudaría en ponerla en práctica, ella levantó los brazos hacia el cielo y gritó con todas sus fuerzas al grado de desgarrarse la garganta ¡SATANÁS!, amado señor de la oscuridad, yo te llamo, Satanás, príncipe del dolor y del miedo, yo te invoco, pues en tus manos pongo mi confianza y vida, Satanás, eterno Dios de las tinieblas ven a mi, ella calló al piso, sus piernas ya vencidas por el cansancio la dejaron rendida ante el asfalto. Algo pasaba, el aire dejó de soplar, los sonidos de los vehículos, aves y demás se silenciaron y junto con ellos su propia voz, después de tantos días Anny sentía que lo único que tenía era la esperanza y después de gritar sintió que lo había perdido todo, pero, de pronto un hombre muy apuesto apareció, camino hacia ella lentamente, sólo se escuchaban unos zapatos y el silbido de una melodía que jamás había escuchado y que al mismo tiempo le era familiar, aquel hombre extendió su mano mientras comenzaba a hablar.
-Hola Anny, por favor ponte de pie, jamás te vuelvas a arrodillar ante nadie.
- ¿Quien es usted?, preguntó Anny.
- Mi nombre no es importante, sólo quiero saber hasta donde estas dispuesta a llegar con tal de que tu hijo se salve y salga de ese hospital, donde aparentemente ya no tienen nada más que ofrecerle.

Ella sin dudarlo le contestó !LO QUE SEA! Mi vida misma si fuera necesario, yo le daría mi vida a Dios con tal de que mi hijo viva y jamás vuelva a pasar por eso.

El hombre sonrió y dijo; 
-Dios no querida mía, Dios no sabe dar a sus propios hijos lo que ellos necesitan y yo sí.

Aquel apuesto personaje de voz elegante le dijo a la mujer que él tendría la solución a su calvario, todo a cambio de que ella pasara el resto de su vida a su lado.
-Desde el día que naciste te he seguido, he estado a tu lado pero hasta hoy pude estar ante ti, ya que por fin me has nombrado, amada permíteme secar tus lágrimas, dame la oportunidad de sanar tus heridas, pero a cambio dame tu vida y sé mi compañera en el otro mundo.

Anny se quedó sin aliento, sentía una enorme atracción por aquel extraño que parecía conocerla de siempre. 
Tomó sus manos y le dijo con una voz firme
- Iría contigo hasta el fin del mundo, sólo salva su vida, cúrale de todo mal y dame la oportunidad de disfrutarlo unos años o hasta que él logre encontrar su camino, si tú haces eso por mí yo iré gustosa a tu lado para amarte en la eternidad de tu Reino.

El hombre se acercó a ella y la besó apasionadamente, envolvía con sus manos las frágiles y temblorosa caderas de aquella mujer que se dejaba llevar por el aliento de aquel Ángel de la muerte, pero al abrir los ojos, Anny se encontraba en su casa, una bella casa que ya no se encontraba sola, su amado hijo reía mientras jugaba en el jardín, ella sin dudarlo corrió a abrazarlo y a decirle lo mucho que lo amaba, la mujer sabía que esto era obra del hombre a quien le habría prometido entregarle su vida.



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En el texto hay: suspenso, paranormal, terror

Editado: 23.10.2019

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