Amores secretos - Draco Malfoy

Capítulo 16 - ESTOY PERDIDA

BROOKE

 

Aún recuerdo el ensayo del baile como si hubiese sido ayer. La forma en la que me miraba, en la que tocaba mi espalda… Las tengo grabadas a fuego. Su mirada era tan intensa, que tuve que apartar la mirada de sus ojos. Mi corazón latía desbocado y solo rezaba para no cometer ninguna idiotez que me dejara en ridículo. Ni una palabra salió de nuestras bocas durante el tiempo que duro la canción, pero no hacía falta. Era extraño, pero nos complementamos a la perfección, como si supiéramos los movimientos que iba a hacer el otro, como si nuestros cuerpos encajaran cual puzzle.

Ha pasado una semana desde ese día, el baile de Navidad cada vez está más cerca y yo aun no tengo una pareja con la que asistir. La verdad es que no me preocupa mucho. Creo que hay cosas mucho más importantes de las que me tengo que preocupar y el baile no es una de ellas.

  • Hola preciosa – oigo tras de mí dando un respingón de la sorpresa.
  • Hola – saludo a Álex cuando me giro para ver quién es.
  • ¿Qué tal tu día? – me pregunta mientras se sienta en el banco del comedor de cara al pasillo, ya que yo estoy haciendo los deberes y comiendo algo en la mesa de mi casa.
  • Muchos deberes, pero todo bien – respondo con una sonrisa dejando mi pluma encima de la mesa - ¿Y la tuya? – pregunto.
  • No ha estado mal pero puede mejorar con creces – sonríe ampliamente y yo enarco las cejas curiosa.
  • ¿Y eso? ¿Cómo puede mejorar tu día? – pregunto intrigada.
  • Bueno había pensado hacerlo de otro modo, pero ya que estoy… - se inclina hacia mí y me mira a los ojos fijamente – Señorita Parker, ¿me haría el honor de ser mi pareja para el baile de Navidad? – me pregunta sin ningún rodeo.

Me ruborizo de pies a cabeza por la proposición. Lo miro a los ojos sin saber qué decirle. La verdad es que sé que voy a pasármelo bien con él, es muy guapo y es una persona con la que puedo hablar de cualquier cosa. Pero no sé… No estoy segura. Comienzo a mirar a mi alrededor buscando a alguien, pero no sé a quién, aunque me hago una idea cuando mis ojos se centran en una persona. Una que mira en mi dirección fijamente, taladrándome con los ojos y con los puños cerrados sobre la mesa.

  • ¿Y? – me insiste Álex haciendo que vuelva a centrarme en él.
  • Ehhh – intento centrarme en la conversación que estábamos manteniendo – Claro, me encantaría – le sonrío finalmente.

Álex se acerca y me abraza con fuerza. Le devuelvo el abrazo y cuando nos separamos él deposita un beso en mi mejilla.

  • Siento tener que irme ahora – me dice – Pero el profesor Karkarov nos obliga a entrenar con Viktor para la siguiente prueba y no puedo escaquearme – me explica.
  • No te preocupes – poso mi mano en su brazo – Nos vemos para cenar – me despido.
  • Adiós, preciosa – vuelve a dejar un beso en mi mejilla y se levanta.

Lo sigo con la mirada hasta que desaparece por la puerta del gran comedor. Después me vuelvo a sentar bien para continuar con mis deberes, aunque no puedo centrarme. No, cuando una mirada está clavada en mí. Miro hacia la derecha y nos sostenemos la mirada durante unos segundos, hasta que él se levanta del banco, recoge sus cosas y sale con paso seguro de la sala, sin mirarme más.

 

 

Por aquel entonces no lo sabía, pero no me preocuparme por el baile, por conseguir pareja, era porque tenía un motivo. Mi mirada buscando a una persona en concreto cuando Álex me pidió ir al baile con él, tenía que haber bastado para darme cuenta, pero yo solo quise hacer oídos sordos a lo que decía mi corazón. Pero tanta espera, era porque tenía la esperanza, muy en el fondo, de que él, de que Draco, mi invitase a ir al baile con él. ¡Qué ingenua fui al pensar que lo haría! Y eso se convirtió en la primera grieta de mi corazón, la primera de muchas que él me haría. Aunque también sería el único capaz de pegar los trozos.

 

 

Mañana es el día del baile y la gente está descontrolada, sobre todo las chicas. Solamente saben hablar de vestidos, de maquillaje y de peinados. Me encanta esos temas, pero no durante todo el día y a todas horas, así que salgo de mi habitación cuando veo que las tres idiotas de mis compañeras se ponen hablar de nuevo de ropa y maquillaje.

Bajo a la sala común y la cruzo con intención de buscar un lugar solitario en el castillo en el que estar tranquila y pensar.

  • ¡Brooke! – oigo que me llama Blaise y yo me paro de golpe. Suspiro con fuerza porque sé que no me van a dejar irme tan rápido.
  • ¿Sí? – digo de la mejor forma posible.
  • Ven a sentarte con nosotros – me dice y yo camino hasta los chicos que están sentados en uno de los sofás y en dos sillones.
  • ¿Qué tal estás? – me pregunta Theo con una sonrisa.
  • Bien aunque algo cansada por estar escuchando todo el rato hablar sobre el mismo tema – respondo.
  • ¿El baile? – me dice comprensivo.
  • Sí – digo con desgana acomodándome en el sofá.
  • ¿No será que te molesta que hablen de ese tema porque no tienes aún pareja? – me dice divertido Blaise – Yo me ofrezco voluntario.
  • No, gracias – respondo haciéndole una mueca y él me saca la lengua de forma infantil.
  • Nadie querría salir con una sangre sucia – la voz de Parkinson interrumpe nuestra conversación.

Se sienta en el regazo de Malfoy y él no la dice nada, simplemente pasa una de sus brazos por detrás de su espalda. Yo simplemente la miro con odio y asco, me saca de mis casillas.

  • Te agradecería que no faltases al respeto Pansy – dice Theo con una mueca de disgusto.
  • No te preocupes Theo – le digo para que se tranquilice – Déjalo, no merece la pena.
  • Eso es porque sabe que tengo razón – sigue hablando con desdén – Yo tengo la gran suerte de que mi chico – mira con una sonrisa a Malfoy – es todo lo que cualquier chica querría, guapo, inteligente, buena posición, sangre limpia... - le da un toque en la nariz y él frunce el ceño y aparta la cara. Se ve que no le gusta que lo toquen y menos de esa forma – Y va a ir al baile conmigo, que soy absolutamente perfecta para él. Somos el uno para el otro – intento aguantarme la risa al ver que el egocentrismo lo tiene por las nubes - ¿De qué te ríes? – me mira con desprecio.
  • Me hace gracia ver que lo de tener el ego por las nubes lo tenéis en común. Ya entiendo porque sois el uno para el otro, solo hace falta veros – me río y la mirada furiosa de Parkinson me atraviesa, pero no le doy importancia. La que sí me interesa es la de Malfoy, que está mortalmente serio mirando fijamente – Pero para que estés tranquila, para que todos lo estéis, os diré que ya me lo han pedido y he dicho que sí – digo con una sonrisa de autosuficiencia al ver la cara de asombro de todos y la mirada dura de Malfoy. Está tenso y sus ojos están oscuros, llenos de furia.
  • ¿Cómo? – dice Parkinson sorprendida.
  • ¿Quién ha sido el osado en pedírtelo? Voy a tener que darle el visto bueno. No cualquiera puede ir con mi pequeñaja – dice Blaise mirándome y yo solo sonrío. Blaise es adorable cuando quiere.
  • Solo eres unos meses mayor que yo, no te adjudiques el papel de hermano mayor – me río acercándome a él y dejo un beso en su cabeza, para después seguir con mi camino hacia la salida de la sala común.
  • ¡Aún no nos has dicho con quién vas a ir! – medio grita Blaise antes de que cruce la puerta.
  • Ya lo averiguarás mañana, ten paciencia – me río cuando me giro y veo los rostros de estupefacción de mis compañeros de casa.



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En el texto hay: amor, harrypotter, dracomalfoy

Editado: 24.08.2022

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