Al Ritmo de la Química

CAPÍTULO 35. Eres la razón

EMMA

La mañana siguiente al suceso me desperté con un horrible dolor de cabeza, haber estado llorando toda la noche anterior tenía sus consecuencias. Me quedé recostada en la cama por varios minutos más, sin apartar la vista del techo de mi habitación.
Aún no podía creer todo lo que había sucedido anoche, no lograba entender como Cameron había sido capaz de hacerme eso, ¿Qué había hecho mal? ¿Desde cuando había dejado de sentirse atraído por mi? ¿Por qué no me había dejado antes de irse y así las cosas hubiesen sido más fácil? Esas eran algunas de las preguntas que no dejaban de rondar por mi cabeza y que no me permitían concentrarme en otras cosas, ya que mi reciente ruptura ocupaba más de la mitad de mis pensamientos.
Siempre había sentido que sus palabras eran sinceras, que venían desde su corazón, pero de la peor manera me había dado cuenta de que eso no era cierto.
Me limpié las pocas lágrimas que habían salido de mis ojos, no podía creer como aún tenía lágrimas para derramar dentro de mi cuerpo, pero no me preocupé, comparado con las demás cosas que sucedían en mi vida, eso era lo de menos.
Conecté mi celular a la electricidad y bajé hacia la cocina. Me preparé un desayuno, algo más elaborado de lo que solía hacer, ya que lo necesitaba para tratar de levantar un poco mi ánimo. 
Unos ricos pancakes con chips de chocolate y un café con leche, fueron suficientes para estar algo más alegre.
Después de haber desayunado y limpiado las cosas que utilicé, me dirigí a mi habitación y agarré mi celular. Bajé para ir al living, tomé la manta que estaba en el mueble y me recosté en el sillón. Encendí la televisión y me puse a ver una serie que aún no había visto y que me recomendó Simón un día que vino a casa, antes de irse. Ese era el plan que tenía para aquel día.
Tres horas más tarde y ya con algo de hambre fui hacia la cocina a prepararme algo para almorzar. Me senté en el taburete con mi plato de fideos con crema listo. Agarré mi celular, me había sorprendido que hasta el momento no recibí ningún tipo de notificación, cuando lo desbloqueé me di cuenta de que todo este tiempo había estado en modo avión. 
Cuando se lo quité varias notificaciones llegaron, entre ellas un par de mensajes de Cameron y del grupo de "Los 6 mosqueteros🤪", los del primero los ignoré completamente y abrí los del grupo donde básicamente preguntaban a qué hora tenían que ir a almorzar y a donde era la excursión. Los leí y salí, justo en ese momento recibí un mensaje de Simón.
Simón: Estas?
Emma: Hola, si. Pasó algo?
Simón: Nono, solo quería hacer videollamada con vos. Queres?
Titubeé por unos segundos, pero finalmente acepté. Simón parecía bastante alejado de lo que había sucedido anoche, por lo que iba a averiguar que sabía de aquello.
La llamada apareció segundos después de que le mandé un "Esta bien", atendí.
— Emma. — Simón no estaba solo, Lucas también estaba allí.
— Hola chicos. — dije con la sonrisa más falsa que había hecho en mi vida. 
— ¿Te encuentras bien? Luces medio cansada. — dijo Lucas un poco preocupado.
— Masomenos, me levanté con dolor de cabeza, no dormí muy bien. — admití mientras metía un bocado de fideos a mi boca.
— Cameron tampoco durmió muy bien, hoy estaba bastante extraño. ¿Hablaste con él? — dijo Simón, Lucas asintió dándole la razón a su amigo. Mi estómago se revolvió al oír su nombre, aún me costaba aceptar lo que había sucedido porque solo habían pasado algunas horas, no iba a superarlo tan rápidamente como Pili me había dicho anoche. Unas pequeñas lágrimas cayeron pero las sequé rápidamente para que no se dieran cuenta. Negué con la cabeza.
— Lo único que sabemos fue que anoche salió y no tenemos la menor idea de cuando regresó, porque estábamos durmiendo... — dijo Lucas y me quedé helada.
— Esperen. — dije deteniéndolo a Lucas, quien había seguido hablando, pero yo ya no lo había escuchado más. — ¿Ustedes no salieron con él?
— No, Cameron salió con chicos de otro colegio. Nosotros nos quedamos en la habitación con Nacho y Sara hablando. ¿Por qué? ¿No lo sabías? — preguntó Lucas serio. Volví a negar.
— No, no tenía idea. Pero se porque esta raro. — dije y ambos me miraron seriamente y les conté. Estaban completamente sorprendidos y helados. Lucas maldijo en voz alta varias veces.
— No puedo creerlo, de verdad que no. — dijo Simón agarrándose la cabeza y negando. — ¿Pero tienes idea quien fue la persona que te lo mandó? — preguntó y negué. La realidad era que nunca me había puesto a pensar quien era aquella persona que me lo había mandado. 
— Cuando puedas mándame captura del número que te lo mandó, porque voy a averiguar quien es. — dijo Lucas, tendiéndole el auricular inalámbrico a Simón y levantándose del sillón. — Emma te dejo, debo hablar con alguien. 
— ¡Espera, Lucas no! — le grité, pero fue estúpido, ya no me podía escuchar. — Por favor Simón haz algo. — le supliqué a él y asintió.
— Tranquila, yo me ocupo. — dijo sonriéndome y levantándose del sillón para seguir a Lucas. — Y por favor, no estes mal por el estúpido de Cameron. Más tarde te llamo, te quiero. — me pidió y finalizó la videollamada.
Nunca había visto a Lucas de esa manera, estaba demasiado molesto y parecía fuera de sí, temía que fuera a encarar a Cameron, y no quería que su amistad terminara mal por mi culpa. Simón me prometió que él se iba a ocupar de ellos y esperaba que así lo hiciera. Sentía que había sido un error habérselos contado a ambos.

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CAMERON 

Aquella mañana del jueves me había levantado con la cabeza a mil por hora. Anoche había bebido demasiado y era muy consciente de ello, porque no recordaba absolutamente nada de lo que había sucedido.
Los chicos no habían querido salir, ya nos quedaban las últimas noches y la fiesta de ayer había sido la blanca y para ellos tan importante no era, por lo que decidieron quedarse en la habitación junto a Sara, que tampoco había decidido salir.
Mis amigos del Brown, un colegio que quedaba a un par de cuadras del nuestro también estaban en el mismo hotel que nosotros, por lo que me propusieron salir junto a ellos y acepté. 
De lo único que me acordaba era haber estado en una de las tantas previas y luego haber ido al boliche junto a ellos. Como era mayor de edad me dejaban comprar alcohol por lo que fui varias veces a la barra durante la noche, ya que era de los pocos que podía hacerlo. Hasta ahí recordaba, lo demás se me mezclaba con imágenes borrosas que no lograba recordar con exactitud, pero creía que durante el día lo iba a ir descubriendo.
******
Ya habíamos almorzado y me encontraba ordenando un poco mi valija, con el tema de las excursiones no había tenido mucho tiempo. Por suerte, hoy nos habían dado un rato libre y recién a las seis de la tarde iríamos al famoso "Bar de Hielo" que se encontraba a la vuelta del hotel. Nacho estaba acostado en la cama de al lado mirando su celular cuando la puerta se abrió de un golpe y un Lucas muy enfadado entró, seguido de Simón.
— ¡Eres un imbécil! — gritó abalanzándose hacia mí. Su puño impactó contra mi ojo izquierdo, no me lo había esperado por lo que lo recibí muy fácilmente.
— ¡¿Que mierda te pasa?! — grité mientras Nacho me sostenía para no vengarme del terrible golpe que había recibido.
— ¿Qué mierda me pasa? ¡¿Qué mierda te pasa a vos?! — contraatacó.
— ¡Se pueden calmar! — gritó Simón y los tres nos quedamos estupefactos. Era la primera vez que lo veíamos gritar. — Se van a tranquilizar, voy a ir a pedir hielo y van a hablar las cosas con calma. — dijo mientras ubicaba a Lucas en su cama. Nacho hizo lo mismo conmigo y él se sentó al lado mío.
— ¿Por qué carajo me golpeaste? — le pregunté mientras veía como Simón salía de la habitación. Se podían ver un par de personas afuera de la misma, obviamente habían escuchado los gritos.
— ¿Acaso no lo sabes? ¿No tienes idea de lo que hiciste anoche? — dijo y negué con la cabeza.
— Desde que me desperté estoy tratando de averiguar qué mierda pasó anoche, tomé muchísimo y no me acuerdo de nada. — dije y la cara de Lucas de indignación se hizo presente.
— Entonces no tenés ni la más mínima idea de que engañaste a Emma con la estúpida de Ámbar. — soltó molesto y mi cuerpo no reaccionó. Lucas siguió hablando pero ninguna palabra más entraba en mi cabeza. Había engañado a Emma, a la persona que más amaba en el mundo y de la que me había enamorado completamente. Y en ese preciso instante fue cuando lo recordé todo. 
Una vez que habíamos llegado a Genux, había ido con los chicos a comprar bebidas, pasamos la noche bailando, cantando y pasándolo genial. En cierto momento sentí que alguien que conocía bastante bien no dejaba de apartar la vista de mi, era Ámbar Solano. 
Yo en ese momento con suerte sabía como me llamaba y en donde estaba, realmente me había pasado muy de la raya con el alcohol.
Ámbar comenzó a acercarse de a poco, junto con sus dos nuevas amigas y comenzó a bailar cerca mío.
Hasta que finalmente se puso a bailarme y no pude aguantarlo más. La tomé por la cintura, bruscamente y la besé.
Había sido un beso bastante violento porque trataba de buscar aquella magia que solo sentía cuando besaba a mi chica, aunque en ese momento no lo entendía, porque estaba pasado de copas.
Cuando la solté, ella me sonrió, yo fingí una sonrisa y le pedí a los chicos que nos alejáramos de allí lo antes posible. No sabía porque, pero lo que sí sentía era que debía hacerlo por mi bien.

Terminé de contarles lo que había recordado y todos estaban mirándome fijamente sin decir ni una palabra, además de que Simón había vuelto con el hielo y Sara también se había sumado a la conversación.
— Igualmente no podes culpar al alcohol por esto, lo hiciste vos, no él. — dijo Lucas minutos después y asentí.
— Lo sé. Gracias, me merecía realmente este golpe. — dije y todos sonrieron. — Pero... hay algo que no entiendo, ¿cómo es que se enteraron ustedes?
— Después de almorzar fuimos a abajo e hicimos videollamada con Emma, la vimos media rara y nos había dicho que era porque no había dormido muy bien y que estaba con dolor de cabeza. Le dijimos que vos estabas igual y ella hizo cierto gesto, como molestándole haber escuchado tu nombre. — dijo Simón y apoyé mi cabeza entre mis manos, no podía creer el pedazo de imbécil que era, me merecía ese y mil golpes más. — y ahí nos contó. Resulta que a las tres de la mañana, una persona que no tiene agendada le mando un WhatsApp, que contenía un video y en ese mismo se veía el beso entre ustedes dos. — finalizó.
— ¿Y saben quién fue el que lo mando? — pregunté.
— No, Emma me lo mando. — dijo buscando el contacto y lo mostró. 
— Creo que se de quien puede ser. — dijo Sara agarrando su celular y buscando algo. — Déjamelo ver. — revisó los números y asintió. — Si, es el. Es el número de Mía, la amiga de Ámbar.
— Iré a hablar con ella. — dije levantándome de la cama. Pero Sara no me lo permitió. 
— No, voy yo. Con mi amiga no se meten. — dijo sería y se levantó del suelo. — Vos tratá de descansar y ver si podes hablar con Em, aunque dudo que te responda, pero inténtalo. — me dijo y asentí.
— Está bien, intentaré. — le respondí y me recosté en mi cama, necesitaba descansar.
******
— ¿Seguro que no quieres que te acompañe? — preguntó Nacho, un poco inseguro.
— Si, tranquilo. — le respondí. Nacho asintió y se marchó junto a Sara, siguiendo a Lucas y Simón que iban unos metros más adelante, estaban yendo hacia el hotel. 
Las cosas con los chicos estaban un poco tensas, Sara, Nacho y Simón seguían hablándome, sabía que en el fondo los tres estaban algo molestos conmigo. La realidad era que me lo merecía, aunque nunca me habían dejado de lado y estaba agradecido por ello.
Por otro lado, Lucas trataba de evitarme lo máximo posible, pasábamos tiempo juntos, pero no me dirigía la palabra.
Eran las seis de la tarde del sábado, nos habían dado todo el día libre ya que mañana volvíamos a casa y muchos debían comprar los chocolates y souvenirs de regalo para las familias. 
Nosotros cinco ya habíamos ido y habíamos comprado todo lo que nos faltaba, pero decidí no volver al hotel. Teníamos hasta las siete y media para poder estar solos en la ciudad sin el cuidado de los padres acompañantes. Por lo que me dirigí hacia las orillas del lago.
Esta era la primera vez que había ido a Bariloche, y me había enamorado, con sus montañas, sus bellos paisajes e increíbles excursiones. Sin lugar a dudas haber tenido la habitación frente al Lago Nahuel Huapi había sido lo más maravilloso que nos pasó.
Encontré una roca que estaba seca y me senté, mirando hacia el inmenso paisaje que tenía frente a mi. 
Mis bolsas se las había dado a Nacho, para que no estuviera cargando con ese peso en este lugar. Saqué mis auriculares y los enchufe al celular. Vi el reflejo de mi rostro en aquel dispositivo y me observé. Aún tenía el ojo bastante morado, cuando me habían visto me preguntaron que me había pasado pero decidí inventar algo para que no nos metieran en quilombos tanto a Lucas como a mi.
Puse una de mis playlists favoritas que había armado yo mismo y me dejé llevar por el ritmo de la música. 
No podía creer como habían cambiado las cosas en tan solo nueve días. Había salido de Aeroparque feliz por la sorpresa que mi novia me había dado, de aparecer allí y volvía seguramente sin su recibimiento porque me había decido por echar todo a perder.
Había tratado de comunicarme con ella, durante estos días, pero no había obtenido respuesta alguna, por lo que había decidido darle tiempo. 
Lo peor de todo era saber que Emma seguramente estaba haciéndose la cabeza, creyendo que yo no la amaba o que la había utilizado, cuando sucedió todo lo contrario. Estaba mucho más enamorado de ella que de la última vez que le había dicho "Te amo" en aquel aeropuerto.
Me quedé allí por bastante rato, admirando aquella vista, que iba a extrañar demasiado y pensando acerca de mi situación con Emma. Estaba tan metido en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que mi playlists se dejó de reproducir, dándole paso a la música aleatoria que usualmente estaba relacionada con el estilo de música que escuchaba.
La melodía de una canción que nunca había escuchado comenzó a sonar y decidí no cambiarla. La letra representaba como me sentía en aquel momento y la canción era increíble. Me sorprendía muchísimo haberla descubierto en aquel momento, cuando quise mirar el nombre de la canción y del cantante, una notificación de Instagram me llegó.
@álvarezpili te envío un mensaje
No recordaba ninguna Pilar cercana, por lo que decidí abrir el mensaje.
Pilar: Hola Cameron, soy Pilar, la amiga de Emma. Solo vengo a hablar con vos para pedirte un favor, Nicolas y yo ya sabemos lo que sucedió porque Em fue quien nos habló cuando sucedió esto el miércoles por la noche. Nose bien que fue lo qué pasó y lo que te llevó a que le hagas eso a mi amiga, pero yo creo en ti y se que debió de haber sido un error. Emma aún necesita tiempo para procesarlo, pero le pedí que cuando estuviera lista lo hablara con vos, que te preguntara todo lo que ella quisiera saber y que fuera ella después, la que decida qué es lo que quiere hacer. Esta tarde hablamos y me dijo que hasta ayer habías tratado de llamarla y le habías mandado mensajes, pero que hoy ya no. Te pido que sigas sin hacerlo para que le des su tiempo y que pueda recuperarse más rápido. Sabes que su vida no fue fácil y la última vez que nos alejó, estuve pendiente de ella porque no la quise perder por culpa de la estupidez que cometí junto a Nicolas, aunque ya pudimos arreglar nuestros problemas y estamos muy bien. Espero que sepas entender y que le des el tiempo que ella necesita, nada más. Gracias.
Cameron: Hola Pilar, me alegra muchísimo saber que pudieron recuperar su amistad los tres y que están allí con ella en el momento en el que más los necesita. Tienes razón en lo que fue un error lo que sucedió y se que cuando este lista para escucharme se lo contaré y le explicaré como fue que pasaron los hechos. En parte la culpa es mía, porque la decisión también la tomé yo, aunque inconscientemente porque estaba bajo los efectos del alcohol. 
Gracias por haberme hablado y por avisarme acerca de lo darle el tiempo que ella necesitaba para procesarlo y recuperarse, por eso fue que hoy ya no le hablé más. 
Y gracias, una vez más, por estar al lado de ella en este horrible momento que la estoy haciendo pasar. Realmente no la merezco.
Pilar: No hay de que😊 y si la mereces, ambos se merecen mutuamente, pude verlo a simple vista el cariño y el amor que se tenían. Esto es solo un obstáculo que la vida les puso por delante, para ponerlos a prueba, nunca lo olvides😉
Quedé varias veces leyendo la última frase que Pilar me había mandado: "esto es solo un obstáculo que la vida les puso por delante, para ponerlos a prueba".
En ese momento pensé en el estribillo de aquella canción que aún seguía escuchando: "I'd climb every mountain, and swim every ocean just to be with you and fix what I've broken. Oh, 'cause I need you to see that you are the reason", la canción se llamaba "You are the reason" de Calum Scott y decía algo así "Escalaría cada montaña, y nadaría cada océano solo para estar contigo y arreglar lo que he roto. Oh, porque necesito que veas que tú eres la razón". 
Así me sentía, iba a luchar por recuperarla. Le daría todo el tiempo que ella necesitara, fuesen días, semanas o hasta meses, y luego arreglaría lo que había roto, porque ella era mi razón de vivir.
 




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